Las organizaciones moleculares basadas en interacciones metalofílicas entre centros de Au(I) con metales de transición de capa cerrada [1] tales como Ag(I), Cu(I), Hg(II), Tl(I) y Pb(II) resultan de gran interés, debido a que estas interacciones permiten un control sobre las propiedades fotofísicas[2] y estructurales de los compuestos. Además, resultan interesantes desde un punto de vista teórico[3] ya que la presencia de interacciones no soportadas permite llevar a cabo un análisis intrínseco de las mismas y estudiar sus contribuciones dispersivas y relativistas.